sábado, 28 de enero de 2023

La soledad incomprendida

 Amalia es una niña de ocho años que vive en el mismo pueblo del pescador Santiago. Todos los días asiste asiduamente a la escuela y es raro el día que falte a ella. En sus viajes de ida a la escuela, suele pasar por la cantina de la localidad, donde a veces mira de lejos a Rogelio, sentado en una banqueta y con una botella de whisky o ron en la mano. Amalia sigue su camino sin poder comprender la soledad de aquel hombre, sin entender por que un trago de licor ahora era su mejor amigo, cuando el resto de la sociedad, incluyendo Santiago lo habían abandonado. Habrá quien le eche la culpa al vicio, cuando el vicio pudo haber tomado el lugar de sus amigos después de que estos lo marginaran socialmente. En fin. Amalia un día de tantos mira una infografía que lleva la maestra de valores morales y cívicos, en donde se resumen los vicios que debemos evitar, ustedes saben, el cigarro, el alcohol, las drogas, los juegos de azar, entre otros. Entonces ella no deja de pensar en el borracho que se encontraba a menudo por la cantina, sin entender del todo por que abrazaba a una botella, como si fuera la única amiga que tuviera en el mundo. Tendrían que pasar quizás varios años para que ella lo comprendiera, en alguna etapa tardía de su vida tal vez.