Un nuevo culto que rivaliza con la pasión por la naturaleza
Era uno de esos días malos, con mala pesca. Total, el viejo Santiago tiró sus redes una vez mas y espero pacientemente a que apareciera algo. Pasados unos minutos tiro de su red al bote y al explorar si había capturado algo, se encontró con una playera vieja y sucia que tenía unas franjas verticales blancas y celestes, con un número 10 al reverso, el nombre de un jugador famoso y una inscripción hecha con plumón que decía "Te amo, soy tuya". Pescador miró la camisa consternado y se preguntó con curiosidad: "Qué clase de nueva religión será esta?"
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